English
“Mucho tiempo en mis manos” es el título de una canción pegadiza de mis años de juventud pero no una frase ni siquiera susurrada por mis pares de hoy en día. Los niños en ocasiones expresan este reclamo al utilizar la frase “estoy aburrido” durante los largos y calurosos días de verano. Una solución rápida para asegurarse de que solo lo digan una vez es responder diciendo que se va a cortar el pasto y que se desmalezarán macizos dentro de esa hora. No se aburrirán más por el resto del verano.
Recién llamé a un buen amigo para enterarme que había estado sufriendo de cálculos en los riñones desde hace más de una semana. No podía tomarse tiempo en su trabajo para tratar el problema hasta que la situación terminó ausentándolo del mismo por casi tres semanas. Hay más de esta historia pero solo un público muy específico lo encontrará mínimamente interesante.
Simplemente el poco tiempo que algunas personas poseen surge como un grave problema. Fui derivado a una familia cuyos padres querían que sus hijos se preparen para la universidad y estaban muy ansiosos de hablar conmigo. Nos llevó tres intentos hasta tener la reunión y cuando acordamos trabajar juntos, promesas de semanas se rompieron por dos meses para proporcionar información de contacto para los estudiantes.
Mientras organizamos muchas actividades para nuestros niños y la línea entre el trabajo y el juego se hace muy delgada (con tiempo de juego que se pierde), ¿para qué estamos nosotros? El estrés es la causa de una variedad de enfermedades desde dolores crónicos hasta insuficiencia cardíaca y cada día agregamos más de esto a nuestras vidas. Tal vez deberíamos al menos hacer de cuenta que tenemos demasiado tiempo del cual disponer una o dos veces a la semana y encontrar que no tenemos nada para hacer durante unas pocas horas. Planea un bloque de tiempo libre en tu agenda en intervalos regulares y agradéceme en unos pocos meses cuando veas que te sientes más relajado y descansado.
